2016

Este año no tenía pensado hacer balance. Seguramente por que me encuentro en un momento vital con muchos vaivenes, cambios, bifurcaciones. Y eso marea, vamos que sí.

¿Habéis tenido alguna vez la sensación de que todo se mueve a vuestro alrededor demasiado deprisa y vosotros estáis anclados al suelo? Atónitos. Inmóviles. Pues algo así.  Pero uno de estos días –ya no se cual, escribo esto en fragmentos dispersos– me desperté completa y llanamente feliz. Y esto,  puede parecer una nimiedad,no lo es.

No se me malinterprete, sigo defendiendo a capa y espada nuestro derecho como humanos a sentirnos tristes, a regodearnos en la mierda, a auto destruirnos y luego renacer. Pero un poco, no nos pasemos.

No soy un ser de proponerme cosas, no por vaga, si no por que no tengo término medio; o las cumplo a rajatabla hasta dejarme los higadillos-cosa que me causa bastante ansiedad– o no hago absolutamente nada-cosa que me causa más ansiedad todavía-. Pero si he de proponerme algo en este año –que ya nos lame los pies como en las orillas de los mares-, va a ser empezar a repetirme con ahínco todas las cosas buenas que tengo, que me pasan, que tuve y que conservo.

Empecemos por lo más básico: estoy viva.

Y además, sigo dedicándome- no sin muchos sinsabores, todo hay que decirlo– a la fotografía, al arte. Estoy viva y estoy luchando.

Tengo cerca gente –poca pero buena– que me quiere, bien. Gente, que seguramente me quiera mal, pero eso es por que estoy haciendo algo importante, que no a todo el mundo le gusta o peor,  algo a lo que no todo el mundo se atreve; intentar vivir como quiero, y de lo que quiero.

Tengo salud-de vez en cuando– no estoy en la más mísera pobreza-en ocasiones-.

Tengo libros para viajar cuando la vida no me deja. Tengo un montón de ideas escondidas esperando a nacer. Tengo, ahora mismo, mientras escribo estas líneas, una pequeña bola de pelo perruna enredada entre mi manta de lana y mis calcetines de invierno. Tengo un compañero de vida maravilloso con el que quiero llegar a tener arrugas y preparar pasteles delante de una chimenea allá por el año 2071. Tengo sueños,metas. Y me voy a callar ya, que parezco una lámina de MrWonderfull.

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Por aquí dicen que holi

Este año, han pasado muchas cosas. No todas buenas. Más de una mala, mas de dos. Pero muchas, maravillosas. He llorado mucho, pero también he sonreído mucho.

Y he viajado a lugares bonitos con gente bonita. Me he sentado en medio de la naturaleza,  y he respirado fuerte. Cada vez que vuelvo en mi mente a cualquiera de estos momentos, siento una paz infinita, palabra.

He visitado un montón de exposiciones chachis

El año pasado decía que quería grabar mas vídeos. Esto se ha medio cumplido, no por la cantidad-han sido más bien pocos- pero grabando algunos me lo he pasado muy bien. Y me he reído un poquito de mi misma, que nunca está de más. Quiero hacer más cosas de este tipo, darme ideas ¡por deus!

Me ha picado-esta vez más en serio- el gusanillo de lo analógico. Gracias a Rubén, que me cedió una maravillosa F70. Y gracias a Tam, profa y compañera de correrías fotográficas.

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Entrando un poco en el terreno profesional, tengo que decir que –sorprendentemente– no me ha ido nada mal. He participado en cuatro exposiciones colectivas, una de ellas en Barcelona, como finalista de el  XII CONCURS DE FOTOGRAFIA GAG. Las demás, con mi querido colectivo de mujeres artistas y feministas WARMI, en el que crecemos sin prisa pero sin pausa.

He vendido obra en varios stands fotográficos junto con gente hermosa. Primero en el pasado Madrid Photocreative, y después en la Feria de Marcas independientes LyN market

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¡Pero cuanta belleza en una foto, por dios! Aquí mis chicas defendiendo el fuerte           Fátima, Lara y Tam

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He cumplido uno de mis sueños, de esos que escribes en una lista de «20 cosas por hacer antes de morir». En este 2016 he vendido mis dos primeras portadas para libros.

Hablando de licencias de imágenesy esto era una sorpresa, pero os la desvelohe firmado el contrato con  Photo Vogue and Art+Commerce– ¡yay!-.Todavía no podéis verlas dentro de la plataforma, tardan como tres meses en subirlas.Ya queda poco 🙂

Además, estas son algunas de las publicaciones en las que ha salido mi trabajo reflejado durante este año –¡gracias infitas! no sabéis la ilusión que me hace cada vez

Este año he realizado 38 obras. No todas me encantan, y seguramente más de la mitad sean malísimas de la muerte-para mi, al menos, que siempre estoy pensando en mejorar– pero me ha creado una gran satisfacción trabajar lento, no presionarme. Dejar que salga lo que tenga que salir.

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Mirándolo por el lado negativo, me cuesta. Me cuesta desprenderme de ese sentimiento de «alcanzar la perfección». Este año he llevado a cuestas la losa de la originalidad, de tener que tener buenas ideas. Y en algunas ocasiones creo haberlo conseguido. Aquí van mis 10 favoritas de el 2016

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«The colorist»

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«Cría cuervos y te sacarán los ojos»

Girls just wanna have fun

«Girls just wanna have fun»

Marea

«Marea»

Garden

«Garden»

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«l’art»

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«Summer vibes»

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«El nudo»

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«La fruta»

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«Flor de pascua»

(¿Os habéis dado cuenta de que,a pesar de contaros que no he estado precisamente alegre, ha sido un año de azules y rojos chillones? Colorido, en general. Soy un ser de contrastes…)


Probablemente no haya sido el mejor año del mundo. Seguramente, uno de los más confusos,agotadores,extraños, emocionalmente hablando. He sufrido pérdidas, decepciones, traiciones,aprendizajes forzosos. He tocado fondo, como quien dice. Y me estoy levantando- o intentándolo– palabrita. Pero ha habido cosas entre medias de toda la «mierda«, que aún me hacen sonreír. Y creo que se trata de eso. De caerse, de levantarse. De sentir mal o bien pero sentir. De construir recuerdos, de hacer fotografías. De amar lo que haces, aunque a veces duela.De atesorar momentos, que quizás no se vuelvan a repetir. O quizás si, y seamos felices de nuevo.O por nuevas cosas.

Podría escribir un millón de cosas más, pero prefiero dejaros con  un texto-poema de Ana Elena Pena, «Suicidio»-ya os tengo dicho que muchas veces los poetas habitan en mi, sin querer

Es absolutamente necesario suicidarse cada cierto tiempo.
Huir de uno mismo, 
perderse,
levitar,
ayunar,
sentir el cuerpo vacío, agotado, dolorido.
Mudar la piel,
beber,
vomitar,
tocar fondo, follar con desesperación y luego no recordar nada.

Estar ausente de todo.

Para después, aferrarse de nuevo a la vida. Reencontrarse.
Vestir colores pastel, andar a paso ligero y sonreír a los vecinos
cuando te saludan en la escalera.

-¿Qué tal estás, preciosa?
-Jodidamente bien, gracias

Que lo que venga, sea mejor que lo que se va. Que lo que queremos que se quede, no se mueva, nos habite.

Que sea una aventura.

Que vivamos. No busco más.

Feliz año para todos vosotros. ¡Feliz vida!